martes, 10 de marzo de 2015

De cómo la crisis cambia nuestra forma de vestir



La visión del documental Inside Job, basado en la crisis financiera de EEUU que comenzó en 2008, hizo plantearme si la crisis cambia nuestra forma de vestir, ya que si afecta a todos los ámbitos de nuestra vida,  la moda no sería un sector al margen de ella.

El documental habla de los desencadenantes de la crisis actual, plasmándolos y explicándolos de forma magnífica, a pesar de estar grabado en 2010 cuando aún no se tenía una visión con perspectiva sobre el tema. Pero al estar grabado en ese año, el director del film Charles Ferguson contó con un ventaja, que los “peces gordos” de Wall Street estaban dispuestos a hablar.

La economía al igual que la naturaleza, es grandiosa, a veces incluso nos produce respeto, la economía, al igual que la naturaleza, puede estar de nuestra parte o no, es sólida pero a la vez puede desplomarse en cualquier momento. Con esta metáfora empieza el documental, una montaña derrumbándose en mil pedazos, como la economía de los países desarrollados.

¿A qué se debió ese desplome? ¿Cuál fue el detonante? A continuación lo explicaré brevemente. Todo comenzó con la desregularización a partir de los años 80, es decir, la adopción de políticas de libremercado durante los gobiernos de Ronald Reagan (EEUU) y Margaret Tatcher (Reino Unido). La desregularización favoreció la  financiarización, que se produce cuando la economía financiera empieza a tener más poder en una sociedad que la economía real (dependiendo del país puede ser industrial, agrícola…). El sector inmobiliario fue uno de los que se financiarizó, las constructoras empezaron a tener en sus consejos de administración gente relacionada con las finanzas (especialmente directores de bancos). En épocas en las que los mercados no están regulado es más fácil que se hagan inversiones de alto riesgo, de modo que se crean burbujas económicas en las que el precio de venta de los productos o servicios es más elevado que su valor real. Estás burbujas suelen acabar estallando, como ocurrió con la burbuja inmobiliaria. Gracias, en gran parte, a actores como Standar & Poor’s que calificaron hipotecas de alto riesgo como si fueran de bajo riesgo, es decir, una inversión segura. Esta agencia de calificación de riesgo también dio la máxima nota (AAA) al banco de inversión  Lehman Brothers, cuándo resultó estar en banca rota, situación que salió a la luz el 15 de septiembre de 2008, coincidiendo con la caída de la aseguradora más grande del mundo, la American International Group.

En definitiva,  la gente dejó de pagar su hipoteca y como consecuencia se congeló el préstamo interbancario y después el préstamo de los bancos a terceros, es decir, a las familias y las empresas. Poco a poco el sistema se fue paralizando porque la economía estadounidense estaba basada en el crédito.

Pero, ¿qué tiene que ver la moda con la crisis? A simple vista nada, sin embargo creo que ningún hecho es aislado y todos los elementos que componen nuestra sociedad están interconectados. 

Aunque no existen muchos estudios acerca del tema en cuestión, un vistazo a la bloggosfera, a la sección de street style de las revistas de moda o a las pasarelas, me ha hecho reflexionar y creer que la crisis sí modifica la manera en que nos vestimos, aunque no sea radicalmente. Fran Casado, coordinador de Moda de la escuela universitaria BAUS de Barcelona apunta que “con la crisis se vuelve a las prendas sencillas, lo clásico, lo más discreto y lo fácil de combinar. De ahí el predominio en la calle de los colores neutros, tanto negro como gris y camel”. Efectivamente, desde hace un par de años se ha vuelto a lo vintage, al minimalismo… hasta llegar al normcore, que consiste en vestir de manera relajada, sin estridencias. El normcore podría considerarse una anti-tendencia, aunque como establece la revista Vogue España “es una manera tan desinteresada de vestir, que puede resultar planificada a la perfección”. Se trata de sacar los básicos del armario o cambiar los zapatos de tacón por las deportivas.

Adriana Rodríguez editora del blog Time for Fashión opina que en la moda, al igual que en cualquier ámbito de la sociedad, se tiende a la reutilización, el cuidado del medio ambiente, el ahorro o el reciclaje: “Concretamente, hemos asistido a un cambio de tendencias que se ha reflejado en una corriente que se inclina más hacia lo austero, la simplicidad, lo natural o la ausencia de accesorios, traduciéndose en tendencias que están de plena actualidad como el normcore, el no make-up o lo minimal”, matiza la editora del blog de Elle.es. La reutilización y el ahorro se encuentra en prendas vintage que usaron tus madres, padres, abuelas o abuelos y que ahora vuelven a estar de moda, asimismo van floreciendo marcas como 2nd Funniest Thing basadas en el reciclaje. 

 Adriana es especialista en trasladar la moda que propugna la pasarela al día a día de la mujer, por ello sabe de buena mano que se ha pasado de la ostentación  “a lo sencillo, lo plano, sin artificios, arrastrando incluso a las firmas de lujo, que juegan con esa estética en sus lookbooks y campañas actuales y encumbrando como iconos de esa 'normalidad cool' a personajes como Steve Jobs”. 

Desde el mundo del diseño, la jovencísima diseñadora de la marca  Pilaruiz, que lleva su nombre, cuenta que la ropa es un reflejo de la sociedad en la que vivimos e ilustra esta afirmación con un ejemplo, Dior: “Hace siete años cuando Jhon Galliano estaba al frente de la maison todo era muy recargado y no les importaba despilfarrar metros de tela y ahora son mas minimal y sobrios”, aunque añade que el cambio del director creativo de la marca, tras el despido de Galliano en 2011, también ha influido. Pilar Ruiz tiene 23 años y es estudiante del último curso en Grado en diseño de moda por Esne en Madrid y personal shopper, como experta considera que con la crisis la gente no se decanta por la ropa llamativa “y por tanto hay que hacer diseños con líneas más depuradas”. No obstante esta disposición está comenzando a cambiar, algo que tanto Pilar como Adriana han observado: “Ya se van viendo tímidas y pequeñas pinceladas de barroquismo y lujo, aunque mezcladas con las líneas puras y la sencillez, en las últimas semanas de la moda, como la vuelta de los años 70, el hippie romántico, los flecos…”, declara la editora de Time For Fashion. 

Guillaume Erner plantea en el libro Sociología de las tendencias, que éstas son profecías autocumplidas, es decir, para él dibujar una trayectoria provoca que finalmente ésta se termine siguiendo, por ello otro interrogante que brota en mi mente al cerrar este post, es qué fue antes, ¿el huevo o la gallina? ¿Quién impone primero las tendencias: la sociedad o los diseñadores? Un acertijo difícil de descifrar… lo que sí se puede intuir, gracias a la historia de la humanidad, es que la crisis –de igual forma que lo hizo la del Crack del 29- tarde o temprano acabará pasando, aunque no sabemos aún con que consecuencias, pues se avecinan cambios, muchos cambios.



Ejemplos de normcore en el street style

Fuente: Collage Vintage

Fuente: Collage Vintaje

 

Cambios que se avecinan (en moda)

Como apuntan Adriana y Pilar, ya se pueden observar cambios, especialmente dirigidos a una tendencia que nos revivirá "aquellos maravillosos 70", tanto en el street style como en campañas de ropa, cuyo claro ejemplo es Zara.

Campaña Zara primavera/verano 2015. Fuente: Zara


Street style Olivia Palermo. Fuente: Collage Vintage

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