El día en el que los Rolling Stones
nos abandonen, sus cuerpos dejaran la Tierra, pero su espíritu permanecerá
inalterable por los siglos de los siglos (Amén). Entre los cuatro suman 285
años, pero sus movimientos, su fuerza en el escenario, su planta, su buen rock
and roll… sigue siendo el de un joven de veinticinco años.
Para empezar, os pongo en situación, 25 de junio de 2014, 54.000 personas llenan el Estadio del Santiago Bernabéu para ver el que quizás sea (y cuántos quisiéramos que no) el último concierto de The Rolling Stones en España. Gente de todos los tipos y todas las edades, hasta pude ver a un niño que no sobrepasaría los siete años portando unas pancartas con la mítica lengua de la banda a hombros de su padre, en plena pista. Emociones a flor de piel y mucho rock and roll en el ambiente. Todos estábamos esperando el gran momento – aún más después de que se colapsara la venta de entradas y de largas horas interminables de cola para muchos-, que Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charly Watts entraran al escenario con el poderío que les caracteriza. Mientras llegaba ese gran momento, Leiva, ex componente de la banda Pereza, amenizaba la tarde como telonero. La gente no paraba de entrar, como hormiguitas a su hormiguero -así parecía desde el sitio en el que yo me encontraba-, se acomodaban en sus asientos o intentaba estar lo más cerca de los Stones en la pista. Con todo ello el Bernabéu se iba animando cada vez más, sobre todo cuando Ariel Rot y Carlos Tarque, de las míticas bandas Tequila y M-Clan, respectivamente, entraron al escenario y cantaron junto a Leiva el famoso tema de Los Rodríguez (la segunda banda a la que perteneció el exTequila), Mucho mejor ,ya sabéis, “Hace calor, hace calor ella tiene la receta para estar mucho mejor…” que subió la temperatura de todos los allí presentes.
Y llegó la hora. Mi reloj marcaba las 21:50 cuándo la banda de rock por excelencia entró al Estadio en unos “cochazos” negros. Gritos. Tensión. Gritos, más gritos y aplausos en el momento en el que Mike Jagger y su banda pisaban el escenario. Jumping Jack Flash, no les hace falta saludo, basta con esta canción para desatar la locura entre el público. Más tarde un “Buenas noches Madrid, es genial estar aquí otra vez” y yo intentando fijarme en todo: luces, vestuario, guitarras, coro, los propios artistas… que por cierto, siguen conservando sus icónicas melenas. Es la primera vez que los veo y probablemente la última, no era cuestión de perderse ningún detalle de estas reliquias.
Para empezar, os pongo en situación, 25 de junio de 2014, 54.000 personas llenan el Estadio del Santiago Bernabéu para ver el que quizás sea (y cuántos quisiéramos que no) el último concierto de The Rolling Stones en España. Gente de todos los tipos y todas las edades, hasta pude ver a un niño que no sobrepasaría los siete años portando unas pancartas con la mítica lengua de la banda a hombros de su padre, en plena pista. Emociones a flor de piel y mucho rock and roll en el ambiente. Todos estábamos esperando el gran momento – aún más después de que se colapsara la venta de entradas y de largas horas interminables de cola para muchos-, que Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charly Watts entraran al escenario con el poderío que les caracteriza. Mientras llegaba ese gran momento, Leiva, ex componente de la banda Pereza, amenizaba la tarde como telonero. La gente no paraba de entrar, como hormiguitas a su hormiguero -así parecía desde el sitio en el que yo me encontraba-, se acomodaban en sus asientos o intentaba estar lo más cerca de los Stones en la pista. Con todo ello el Bernabéu se iba animando cada vez más, sobre todo cuando Ariel Rot y Carlos Tarque, de las míticas bandas Tequila y M-Clan, respectivamente, entraron al escenario y cantaron junto a Leiva el famoso tema de Los Rodríguez (la segunda banda a la que perteneció el exTequila), Mucho mejor ,ya sabéis, “Hace calor, hace calor ella tiene la receta para estar mucho mejor…” que subió la temperatura de todos los allí presentes.
Y llegó la hora. Mi reloj marcaba las 21:50 cuándo la banda de rock por excelencia entró al Estadio en unos “cochazos” negros. Gritos. Tensión. Gritos, más gritos y aplausos en el momento en el que Mike Jagger y su banda pisaban el escenario. Jumping Jack Flash, no les hace falta saludo, basta con esta canción para desatar la locura entre el público. Más tarde un “Buenas noches Madrid, es genial estar aquí otra vez” y yo intentando fijarme en todo: luces, vestuario, guitarras, coro, los propios artistas… que por cierto, siguen conservando sus icónicas melenas. Es la primera vez que los veo y probablemente la última, no era cuestión de perderse ningún detalle de estas reliquias.
Al cabo de un par de canciones
llegó Angie, y a más de una –y de
uno- se le saltaron las lágrimas. Demasiados recuerdos, seguro. Ya no se ven tantos mecheros en los
conciertos, pero a falta de éstos los flashes hacían su función mientras Jagger
cantaba esta canción con voz desgarrada y melancólica. En este momento de
calma, aproveché para observar el vestuario, extravagante, ¿acaso ellos no lo
son? Me embeleso con las chaquetas de Jagger; los botines rojos de Ron Wood;
los pañuelos, las Nike y el anillo de calavera de Richards... extravagante, sí,
pero sublime. Después, dos momentos clave en el concierto. El primero fue
cuando la banda de rock inglesa desveló la canción que los españoles votaron
para ser interpretada esa noche, y el veredicto fue… ¡Like a Rolling Stone!, de Bob Dylan. Una vez más se desata la locura
entre los millones de fans, que vitorean el resultado. El otro momentazo
comenzó a grito de “españoles estáis fuera de control”, que mejor manera para
introducirnos a Out of control.
Mick Jagger toca la armónica en Like a Rolling Stone, entre otras, Keith Richards canta unos temas (You got the silver y Can't be seen)… Estábamos embelesados, y yo cada vez iba anotando menos cosas en mi libreta, –qué más da, pensé- todo se estaba quedando en la memoria. Especialmente cuándo la corista que los acompaña, Lisa Fitcher desafió al propio Mick Jagger en Gimme shelter, los pelos de punta, menuda voz.
Vuelvo a escuchar las canciones
mientras escribo, para revivir el que será el concierto de mi vida. La noche se
iba agotando, pero ellos no. Mick Jagger corría de un lado para otro, Ron Wood
y Keith Richards tocaban enérgicos sus guitarras y Charly Watts fundía su
batería. ¿Qué sentirán al tocar ante
miles y millones de personas? El poder en sus manos –me respondo a mí misma-. No faltaron, por supuesto, Starp me up, Brown sugar, Miss you, Sympathy for the devil… Los fans saltamos sin parar en éstas
canciones. Con Sympathy el escenario
y las pantallas se vistieron de rojo y llamas, Jagger portaba una capa negra con
plumas rojas en los hombros, la movía sin parar y yo no quería que el 25 de
junio de 2014 terminara nunca. Envidié al coro de la Orquesta de la Comunidad de
Madrid (ORCAM) por compartir escenario con ellos en You can't always get
what you want, voces celestiales
para una ocasión celestial a la par que infernal. Así son THE ROLLING STONES.
Finalmte, “Sus Satánicas Majestades” nos dijeron adiós, con llamaradas, fuegos artificiales y Satisfacción. A media noche, como la Cenicienta, los Rolling abandonaban el Santiago Bernabéu en sus carrozas. Se acabó. Impresionante. No hay más palabras. Solo me faltó Paint it black –claro, es mi canción favorita-. Podrán decir lo que quieran de ellos, podrán objetar que son viejos para seguir dando guerra, podrán mandarlos ya a la tumba… pero estos genios son inmortales.
Finalmte, “Sus Satánicas Majestades” nos dijeron adiós, con llamaradas, fuegos artificiales y Satisfacción. A media noche, como la Cenicienta, los Rolling abandonaban el Santiago Bernabéu en sus carrozas. Se acabó. Impresionante. No hay más palabras. Solo me faltó Paint it black –claro, es mi canción favorita-. Podrán decir lo que quieran de ellos, podrán objetar que son viejos para seguir dando guerra, podrán mandarlos ya a la tumba… pero estos genios son inmortales.
Look de concierto
Para tal (brutal) evento elegí un look desenfadado, cómodo y con un poco de rock and roll.
Todas las prendas son de otras temporadas, a excepción de las gafas de sol de la nueva colección de Miss Hamptons. El collar es un regalo de mi madre de hace ya bastantes años, en el que está inscrito mi grupo sanguíneo, no me separo nunca de él.
-Camiseta: Bershka
-Jeggins: Pull And Bear
-Cazadora de cuero: Zara Kids
-Bolso: lefties
-Gafas: Miss Hamptons
-Zapatillas: Converse
-Collar y anillo: regalo de mi madre
Quiero dar las gracias a mis padres -son fans incondicionales- por enseñarnos a mi hermana y a mi a apreciar la música y darnos a conocer a los Rolling Stones, sus canciones, su vida... (entre otros muchos grupos). Gracias también por llevarnos a las dos con vosotros al que, repito, será el concierto de nuestras vidas. Este post va por vosotros.
Eres una máquina de bloggera !!!!!
ResponderEliminarMe encanta, no se puede transmitir mejor ese momento.
ResponderEliminarEl comentario que aparece como Natalia García López es mío, qué fallazo !!!
ResponderEliminarRepito: eres una máquina de bloggera !!!!
Oleeeee, muy conjuntada !!! Bailaste alguna en plan jota???
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